Sin rastro de la herencia de Gallardón

Cuando llegó al Ministerio para relevar a Alberto Ruiz-Gallardón, en septiembre de 2014, Rafael Catalá se propuso revisar todos los proyectos de su predecesor que, en su afán de pasar a la historia como el ministro que promovió la mayor revolución de la Justicia de la democracia, no dejó títere con cabeza. Se trataba en muchos casos de desandar lo andado para poder recomponer las relaciones con prácticamente todos los colectivos que trabajan en la Administración de Justicia. Lo ha hecho mediante un labor discreta que se ha visto algo empañada por su sugerencia de plantear sanciones a los medios que publiquen filtraciones.

Siete meses después, Catalá ha logrado en parte ese objetivo con un estilo opuesto al de su predecesor. Convencido de que sin acuerdo no es posible el cambio y de que con pequeños gestos puede haber grandes logros, Catalá ha ido borrando el rastro de Gallardón y promoviendo reformas que no han dejado a nadie indiferente. Entre sus principales medidas, la supresión de las tasas judiciales y, más recientemente, la paralización del Registro Civil.

Sin embargo, a apenas unos meses del final de la legislatura, en Justicia se tiene asumido que buena parte de la decena de leyes relacionadas con el Ministerio que se tramitan en el Congreso en estos momentos terminarán en un cajón por falta de acuerdo.

Registro Civil

La última enmienda de Catalá a la gestión de su antecesor ha sido la reforma del Registro Civil. Su aprobación estaba prevista para el próximo 15 de julio, pero el ministro ya ha anunciado que no va a fijar ningún nuevo plazo hasta que se reúna con todos los afectados -sindicatos, comunidades autónomas, partidos políticos o registradores-. La intención de la reforma era que el Registro Civil, controlado por la Administración de Justicia, pasara a manos de registradores mercantiles y de la propiedad. Los funcionarios han mostrado su malestar porque en el caso de haberse aprobado la reforma, el Registro Civil dejaría de ser competencia de la Administración de Justicia.



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