Colapso en el Registro Civil de Madrid para no pagar

El Registro Civil de la calle de Pradillo está desde agosto al borde del caos. El motivo: el próximo 15 de octubre entra en vigor la nueva reforma en el ámbito de la Administración de Justicia y los extranjeros deberán pagar 100 euros por nacionalizarse y hacer una doble prueba de lengua y cultura en el Instituto Cervantes. Todos los que hagan los trámites antes del viernes de la próxima semana no tendrán que abonar las cuotas y quedarán exentos del examen.

Cada día se presentan hasta 600 personas en las oficinas. Algunos llegan sobre las 02.00 de la mañana. La mayoría madruga mucho ya que sólo se dan 200 números para la realización de trámites. Los que no lo consiguen se quedan fuera de iniciar el proceso de nacionalización.

Todos los extranjeros tienen que acudir al Registro Civil para pedir la nacionalidad española. En las oficinas se comprueba toda su documentación y, si está correcta, se remite a la Dirección General de Registros y Notariados dependiente del Ministerio de Justicia. Los papeles regresan de nuevo al registro donde se comunica al extranjero si se le concede la nacionalidad.

Según CSIT-UP, el Registro Civil está siempre sobrecargado por exceso de trabajo (nacimientos, bodas, defunciones) pero ahora el problema se agrava por el aluvión de foráneos. «En este momento todos los trámites son gratis y pese a que se dijo que la tasa iba a ser de 100 euros, no se sabe con certeza cuánto van a pagar y tampoco se sabe cuándo y cómo les harán el examen a los extranjeros», dice un portavoz de CSIT.

La ley establece que habrá una primera prueba para acreditar conocimiento básico de la lengua española, nivel A2 o superior. Los solicitantes nacionales de países o territorios en el que el español sea el idioma oficial estarán exentos de este ejercicio.

En la segunda prueba se valorará el conocimiento de la Constitución y de la realidad social y cultural españolas.

Cargados de trabajo

Además de la nacionalización en las oficinas de Pradillo también se sigue con el habitual trabajo de inscripción de nacimientos, cambio de nombres, de sexo, defunciones...

CSIT-UP denuncia que en el registro había 240 trabajadores hasta hace pocos años.«Ahora sólo hay 160 personas. Se ha prescindido de 80 personas por culpa de la crisis. Están presupuestados esos puestos de trabajo pero no reemplazan a nadie. Cuando alguien se va a otro destino o cuando alguien se poner enfermo no se cubre la baja», delata CSIT.

También critica el sindicato los problemas de espacio que hay para atender a tanta gente. «El recinto en su interior es muy pequeño y no hay lugar suficiente para recibir a tanta gente pese a que se amplió el registro con un edificio anexo». «Sin ir más lejos hoy (por ayer) hemos tenido una cola gigantesca toda la mañana hasta más de las 13.00 horas», agregó uno de los funcionarios.

Estos problemas se extienden también a registros civiles de otros municipios. En Aranjuez, por ejemplo, sólo se realizaron inscripciones de nacimiento y se aplazaron el resto de procedimientos por culpa de la escasez de personal.

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